La regla general para tu rutina diaria de cuidado facial es: empezar con productos más ligeros y con texturas fluidas (por ejemplo, boosters y sérums) y seguir con productos más ricos, densos o cremosos (por ejemplo, cremas faciales).
Este es el orden en el que debes aplicar tus productos de cuidado de la piel:
1. El tónico neutraliza el pH de la piel, la hidrata y la prepara para que pueda absorber mejor los productos siguientes.
2. Los boosters y sérums potencian el efecto de los otros productos y nutren la piel con ingredientes activos.
3. La crema para el contorno de ojos puede aplicarse en esa zona después del booster o de la crema.
4. Crema de día o de noche: Por la mañana, un producto con FPS debería ser siempre el último paso de tu rutina de belleza. Por la noche, una mascarilla facial nocturna o una mascarilla de ojos, por ejemplo, deja el cutis suave y fresco a la mañana siguiente.
Al aplicar los productos en el orden correcto, te aseguras de que tu piel absorba los valiosos ingredientes lo mejor posible. Lo ideal es esperar un par de minutos entre cada paso para que la piel tenga tiempo de absorber correctamente cada producto.